Nuestro cabello sufre tanto maltrato que hasta puede lucir quemado, el sol, la piscina, el mar, el viento, los tintes y hasta ciertos tratamientos capilares, el secador y el planchado actúan como elementos dañinos para el buen aspecto de nuestro cabello, cuando estamos en una situación que de verdad lo que vemos como solución cortarlo y anexarnos al estilo “rape”, pero no hay que darse prisa, podemos recurrir a trucos caseros y contar con la naturaleza para recuperar la belleza de nuestra melena.

Consejos para reparar el pelo quemado

Muchas de estas mascarillas y lociones podemos preparar con facilidad y aplicar en la comodidad de nuestra casa y  aparte de eso, resultan más económicas que las comerciales. Te traemos tres soluciones sencillas y efectivas que no debes dudar en aplicártelas.

El aceite de oliva posee magnificas propiedades hidratantes, que añadidas a las antioxidantes del romero forman una gran combinación para recuperar el cabello maltratado y quemado y  al tiempo forman un escudo protector contra posteriores agresiones. Otra especialmente nutritiva y regeneradora es la mascarilla de huevos y miel de abeja, muy recomendada para el cabello rizado.

La primera mascarilla es muy simple, solo debes calentar (no hervir) 200 mililitros de aceite de oliva y agregar  unas ocho gotas de esencia de romero, embotellar y enfriar, se aplica en masajes sobre el cuero cabelludo hasta las puntas, donde debe actuar por 15 a 20 minutos, luego lavar con tu champú habitual y terminar con un enjuague apropiado para tu tipo de pelo.

La siguiente fórmula es batir a mano dos o tres huevos con tres cucharadas grandes de miel pura, se aplica sobre todo el cabello desde la raíz y dejar obrar por media hora. Lava tu pelo como acostumbras y en ambos casos debes secar al aire libre, sin enrollar ni usar secadores ni planchas, la última opción es mezclar a partes iguales aceite de coco y de almendras, aplicar en masaje como en las dos anteriores y seguir el mismo procedimiento hasta el final. No envuelvas ni seques el cabello con electricidad ni calor.